sábado, 10 de julio de 2010

Todos los caminos llegan a Roma

A mi primer blog le tengo cariño, a pesar de sus defectos, porque mis mejores errores yacen allí. Hace mucho tiempo que no escribo, vivo de las sequías, de la falta de voluntad. Y si miro en perspectiva, jamás he experimentado algún estado de febril de creación. No me molesta, abandoné oportunamente cualquier pretensión, acepté sin quejarme mis limitaciones literarias. Con los escasos recursos con los que cuento, hago lo que mejor puedo y ello simplemente como un ejercicio, un medio para conseguir un fin. ¿Qué fin? Ocupar la capacidad instalada ociosa de la imaginación.

Decidí escribir de nuevo en un blog nuevo, dedicado a ella.


Un saludo a los futuros visitantes de este blog.


Atte,

El Autor


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